«Con todas las dificultades que se puedan identificar en los últimos dos años, la actividad económica se mantiene en firme recuperación» tal como reflejó el dato de enero con un crecimiento del 5,4%, planteó una fuente oficial, tras lo cual reafirmó que para el Gobierno «los salarios deben seguir al menos la línea de la inflación y si es posible estar por encima» en este 2022.
En ese sentido, se considera que «no hay margen para atrasar salarios, por el contrario, hay margen para subir salarios en todos los sectores productivos», luego de que la capacidad de compra de los trabajadores se redujeran un 20% durante la gestión de Mauricio Macri (2015-2019).
Precisamente, el tema inflacionario es la principal preocupación que tiene el Gobierno en este momento confió el vocero, al señalar que el incremento de la producción y del empleo se viene consolidando pero el comportamiento de precios afecta la distribución en perjuicio de los sectores de menores recursos.
En el actual contexto de presión inflacionaria global, el Gobierno busca estabilizar el movimiento de precios en torno al 50% este año, admitió la misma fuente que participa del denominado gabinete económico, a partir de «un escenarios de acuerdos» con los distintos eslabones de las cadenas productivas y de comercialización.
«Apostamos al diálogo y el acuerdo con los distintos sectores para evitar saltos inflacionarios para cuando se logre sobrepasar esta coyuntura de volatilidad de los commodities por el conflicto en Ucrania, podamos retomar una tendencia a la baja» de la inflación, explicó.
En ese marco defendió el incremento de las retenciones del 31% al 33% en las exportaciones de harina y aceite de soja y la creación de un Fondo Estabilizador del Trigo al afirmar que «hay una redistribución de ingresos donde el gran ganador es el campo, un aumento de ganancias del sector primario que lo vamos a terminar pagando todos los argentinos».
En el Gobierno existe una preocupación especial en lo que respecta al comportamiento de los alimentos, en particular de los productos frescos.
Este sector «no tiene un problema de falta de competencia porque tanto en la producción como en la comercialización está muy atomizado, pero si se advierte que la pandemia dejó cambio de hábitos con un mayor consumo con una oferta que no creció», dijo la fuente.
A pesar de esto, en el Gobierno se buscará trabajar «en el componente de expectativas que disparan la inflación» a lo cual aporta el nuevo escenario macroeconómico con un plan que «aporta previsibilidad y busca reducir las tensiones en un escenario por demás cambiante».
De la misma manera, se reconoce a la luz de las últimas reuniones que «el sector empresario expresó buena disposición a la idea de acordar medidas que permitan evitar un salto inflacionario», y ese diálogo ya empieza a reflejarse en las góndolas con la retracción de precios al 10 de marzo.
No obstante esa presión de los precios, se advierte que «por el momento no viene actuando como un impedimento para la llegada de inversiones y el desarrollo de la producción», concluyó la fuente.