Es evidente que aún con una profundización del sentir nacionalista y las consolidación de ideas que pregonan la importancia de una patria grande que cobije a la nación y la hermane con sus vecinos sudamericanos no ha calado todavia en lo más profundo de nuestras sociedades y por ende, de nuestros dirigentes.
Europa continúa condicionando la manera de ver, de adjetivar y de pensar lo nuestro. No me voy a poner a analizar todos los tópicos que la temática que pretendo abordar abarca. Solo me quiero centrar en uno. En el día de ayer se realizaron elecciones en Italia. Por primera vez una mujer puede llegar a ocupar el cargo de Primer Ministro. Giorgia Meloni es la líder de Fratelli d’Italia, el partido heredero de uno similar creado por el Duce.
Cuenta con el apoyo de de los partidos de derecha La Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi. Es reconocida por las posturas racistas y su reconocida militancia antivacuna. La otra gran sorpresa es la poca participación de la sociedad italiana en los comicios. Ganó las elecciones de este domingo y será la primera mujer en llegar a ese cargo. Aquí en nuestro continente, Bolsonaro también ha estigmatizado y perseguido a las minorías. Petro, novel presidente Colombiano debió hacer campaña electoral con chaleco antibalas. Lula sufrió la cárcel por una causa inventada. No somos tan diferentes.
En Argentina, se gatilló un arma a pocos centímetros del rostro de la Vicepresidenta y los ataques mediáticos y las chicanas políticas continúan como si nada hubiera pasado. La presidenta del principal partido opositor de nuestro país continúa sin haber repudiado el hecho. Y así como advertimos que la situación nacional la vemos como reflejo de lo que sucede en Europa, creemos también que estas maneras violentas de hacer política encuentran eco en nuestras comunidades locales.
En nuestra ciudad, la mayoría de los dirigentes opositores no han manifestado su postura respecto a esta situación. Es más, hacen como si nada hubiera pasado y por lo bajo, destilan su odio y resentimiento hacia el peronismo. En pueblos chicos como el nuestro todo se sabe. Se sabe cuantos dirigentes opositores viven en casas entregadas por el gobierno al cual critican o construidas por el PROCREAR de la yegua. La sorpresas que encontraríamos en "selectos" countries de la Villa!.
Me recuerda a épocas que algunos comerciantes del centro mercedino criticaban los cheques de inclusión y a los días eran vistos contentos en los bancos depositando para el viaje a Europa en la misma moneda.
Basta de ver al otro como mi competidor, mi enemigo. Uno de los triunfos de esta sociedad del vértigo es precisamente quitarnos la capacidad de ser solidarios y ver en el otro un complemento, no un obstáculo a vencer
Debemos en nuestro rol de ciudadanos velar por un marco institucional que proponga un camino de retorno a los valores democráticos que han distinguido al pueblo argentino en todo el mundo.
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