Cuando era niño y me aplicaban colonia después del baño, me ponían una fragancia odiosa; repulsiva, como la que está transformando gradualmente nuestra Patria después de una serie de actos mórbidos, falaces, desquiciados y caprichosos. Ya hemos mencionado una serie de hechos que, poco a poco, nos están llevando a la ruina; a veces me prometo no escribir... o mejor dicho, no pensar para no escribir, pero la debilidad humana hace que caiga en la tentación de abrir los ojos y reconsiderar la realidad.
En un País como el nuestro, donde existen poderosas minorías agroexportadoras, grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, en la industria, en la explotación de los recursos naturales, en la distribución de la energía, en la producción y venta de alimentos, en las comunicaciones… estos grupos empresariales siempre acuerdan entre ellos para fijar precios, tarifas y condiciones de comercialización, monopolizando cualquier mercado.
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