Sábado, 27 Abril 2024
Claudia Lobato

Claudia Lobato

Politóloga - Licenciada en Ciencias Políticas

UNTREF - ULP

En congruencia con los datos del Latinobarómetro 2023, https://www.latinobarometro.org/, en lo relacionado con el apoyo a nuestra democracia en Argentina, un estudio realizado por Pulsar.UBA, que es un observatorio de la universidad que se especializa en analizar la opinión pública, Facundo Cruz en su columna de la Gente Vota, https://cenital.com/, nos comparte algunos datos de una encuesta nacional, del programa de dicho observatorio que se llama, Creencias Sociales, donde analizan 1000 casos, los encuestados son: argentinos y argentinas de 18 años, en este caso el análisis se enfocó en: democracia, la política y los consensos, el rol del Estado, las libertades y la igualdad, el orden público, las relaciones internacionales y distintas agendas o temas de debate público, del que se desprenden algunos datos interesantes y que pueden ahondar en los links indicados.

Comparto algunos datos de importancia:

  • Un 70% de las argentinas y los argentinos comparten la idea de que quieren democracia.
  • En consonancia con esto, el informe mostró que la mitad de la sociedad es democrática pura y que la otra mitad se reparte entre los pragmáticos (que, si bien son democráticos, toleran la posibilidad de revocar un mandato si consideran que este no está cumpliendo con las demandas de la sociedad) y los indiferentes, les es indistinto el régimen.
  • Frente al discurso instalado de apatía o desafección de la sociedad hacia la política, este informe arrojó datos contrarios, casi el 40% de los encuestados se mostraron interesados por la política y los temas políticos, frente a un 25% que no está interesado y un 34% que les interesa, poco. Pero aun así el 90% está a favor de la democracia e interesados en la política y un cuarto más o menos les da lo mismo cualquier régimen y no les interesa la política.
  • En lo referido a polarización y relaciones personales, el estudio señaló que el 53% no se sienten condicionados por la polarización para relacionarse y el 47%, si es una condición limitante, las diferencias políticas.
  • En lo relacionado a derechos sociales y del poder de policía, el informe muestra que frente a determinadas demandas la sociedad es conservadora. Los temas elegidos fueron lo suficientemente incisivos con la finalidad de poder tener una foto ideológica de la sociedad, lo más nítida posible. Es decir, una gran mayoría está de acuerdo con que se permita a las personas en situaciones de salud extremas que puedan decidir sobre su muerte, que dos personas del mismo sexo puedan adoptar, que puedan alquilar vientres para tener hijos, hay casi un empate con respecto a la ley del aborto, no están de acuerdo con la legalización del trabajo sexual, ni con el consumo de marihuana y es prácticamente nulo el acuerdo con el uso del lenguaje inclusivo.

Lo que señala el informe es que, el tema aborto esta partidizado: JxC y La Libertad Avanza, por un lado, en contra y el por el otro, el peronismo.  

 

  • En lo referido al orden público, consideran que el Estado es responsable de garantizar la seguridad a la ciudadanía. Hay un consenso de una mayoría del 77% de aumentar las penas, un 73% de darle más poder a la policía, pero se evidencian divisiones en cuanto a la perdida de libertades y derechos para combatir el narcotráfico, el 54% lo rechaza al igual que un 85% rechaza que cualquier persona porte legalmente un arma.

Si, se reclama presencia del Estado, pero un estado reformado, presente pero que no avasalle las libertades individuales, así se trate de estados de excepción.

  • En lo referido a los perfiles ideológicos de la sociedad argentina, se tomaron en cuenta dos dimensiones, público-privado y libertad-igualdad que se cruzaron con lo económico y lo moral y respecto a esto el informe arroja que el 60% de la sociedad reclama más presencia del sector privado, el mercado, que el 50% quiere que las empresas de servicios públicos estén en manos privadas, pero con un Estado que las controle.
  • En lo referido a la cuestión moral, muestran los datos una situación de casi empate, en lo referido a si el Estado debe o no regular la vida privada de las personas.
  • En lo referido a la situación electoral que atraviesa el país, según este informe, se identifica coincidencia entre los que se identifican como votantes de JxC con los de La libertad Avanza, en varios puntos convergen y se distancian de los votantes de UxP. Entre los primeros coinciden en por ej. el retiro del Estado (pero que controle) y dejando al mercado accionar, hay coincidencia en lo referido a políticas necesarias para combatir el delito, como así también en lo referido a los temas de derechos y el peronismo parecería en estos temas estar más distanciados y de gozar de menos apoyo social.

 

Sintetizando esto se podría decir que estos 40 años de democracia han sedimentado en el inconsciente colectivo, que se lo sigue prefiriendo con algunos matices, muestra que las ideologías no han muerto, que la sociedad no es tan apática o que no hay desafección por lo político y por la política, que la sociedad sigue prefiriendo y reclamando la presencia del Estado, si de un Estado reformado, que combine lo público con lo privado, que lo controle, quiere al mercado, pero no un mercado que nos engulla, sino un mercado controlado desde el Estado. Muestra una sociedad bastante conservadora en algunas cuestiones de derechos sociales que, si bien ha avanzado mucho en ellos, aun ciertos temas generan grandes controversias morales. Reclama mayor seguridad, prevención del delito, poder de policía, pero desde el Estado.

Lo que nos sugiere que de cara a las elecciones presidenciales, los distintos partidos o espacios políticos, los candidatos tomen nota no solo de este informe, hay muchos informes de sondeo de opinión pública y puedan no solo conocer que quiere la ciudadanía, sino cómo hacer para establecer consensos, apelar a la moderación, al diálogo, a fin de poder ofrecer distintas alternativas de respuesta a las demandas ciudadanas, sin romper con los compromisos democráticos y tener presente que hace 40 años la sociedad dijo Nunca Más.

Según el último informe del Latinobarómetro 2023, en la región se percibe “recesión de la democracia, deja a la región vulnerable abierta a más populismo y regímenes no democráticos y retrasa el proceso de consolidación de las democracias” https://www.latinobarometro.org/
En el caso argentino y dado que en nuestro país el corriente año, tendremos elecciones presidenciales y legislativas en octubre 2023, Argentina aun registra un grado alto de apoyo a la democracia 62% en comparación con el resto de la región, encontrándose en segundo lugar en el balance de apoyo a la democracia después de Uruguay y entre los siete países de la región con valores similares en cuanto apoyo a la democracia.
El apoyo a la democracia en Argentina registró un aumento de siete puntos porcentuales desde 2020 (55%), es la región con menor cantidad de ciudadanos que les es indiferente cualquier tipo de régimen (15%) desde el 2020, pero sorprendentemente se registró un aumento de cinco puntos porcentuales respecto al 2020, siendo ahora del 18% los que apoyan los autoritarismos.
Según los datos arrojados por el Latinobarómetro 2023, hasta el momento en Argentina, la mayoría quiere una democracia verdadera.
Ajunto grafico y link para que puedas ampliar tus datos en https://www.latinobarometro.org/

Como dice el título este fantasma autoritario que recorre la región que hoy podríamos llamarlo Bukele, por ser en la actualidad, la deriva autoritaria que más visibilidad ha tenido en este último tiempo, a quien muchos intentan imitar, al menos en las expresiones discursivas, porque algunos aún carecen del poder de Bukele, pero no es un dato menor las expresiones. Porque al final terminan convirtiéndose en relato y ese relato empieza a crear marcos discursivos y lo peor de todo es que esos marcos terminan encajando en cualquier situación regional.

Pero lo no que se mide, son las consecuencias de esos relatos, de esos marcos, porque en el enojo “razonable” y remarco razonable, porque sin ir más lejos en cuarenta años de democracia en Argentina, hemos comprobado que no era suficiente con decir y parecer democráticos, sino que la democracia si bien se ha mantenido estable en el caso de nuestro país, es constatable que, con garantizar elecciones libres y competitivas, no alcanzaba. La democracia requería y requiere más cosas. Como muchos recordaran lo que decía en su discurso el ex Pte. Alfonsín, que con “Con la democracia se come, se cura y se educa”, pero hoy podemos constatar en los últimos datos de los índices de medición de pobreza, por ejemplo, que no se estaría reflejando eso que parecía que con la democracia ya lo teníamos garantizado.

Esto significa que la democracia todavía tiene grandes desafíos por delante, no caben dudas que para muchos de nosotros, de los que tenemos por cercanía generacional el recuerdo algo más nítido de no vivir en democracia, de los horrores de una dictadura, pero el problema son las nuevas generaciones y no es que sean ellas el problema, es decir, la democracia no ha alcanzado los estándares para convertirse en una democracia plena, tanto en la Argentina como en gran parte de la región, se está frente a democracias defectuosas y algunas ya han pasado a otro estadio, de defectuosas a interrumpidas, caso Venezuela, Nicaragua y otras como el de El Salvador, donde el presidente Bukele ha empezado a recorrer un camino del casi lineal  hacia la pérdida total de la democracia, por ahora se podría decir que se ubica dentro de lo que se denomina un “autoritarismo competitivo”, categorías diseñadas que van dando cuenta de este recorrido hasta llegar a convertirse en meras dictaduras.

En lo referido a nuestro país, estamos frente a un año electoral, el cual se presenta complejo, y lo que se puede observar es el surgimiento de personajes que se aprovechan de la llamada “grieta”, que a mi parecer no es más que la diferencia y en esto claramente no menor, porque de cada lado de la grieta hay dos modelos de país, diferentes, opuestos, de un lado, tenemos lo que representa un gobierno para pocos, un gobierno que cree que, para qué hacer universidades si los pobres no llegan a la universidad, un gobierno que en su discurso de lanzamiento de uno de sus candidatos apela a la moderación, a salirnos de la grieta y pero cuando por estrategia electoral, y en cuanto estrategia electoral me refiero es que, cuando los números no dan, se decide sumar opciones diferentes aunque eso signifique correrse de lo dicho primero, porque en definitiva,  la finalidad en términos utilitarios es ganar, simplemente ganar.

Apela a la moderación en el discurso, pero cuando observa que con eso podría no llegar a alcanzar el triunfo, suma opciones más radicalizadas, no moderadas, para ser más claros, de esos que creen que la libertad pasa por “meter balas a los falsos mapuches, a dar batalla contra “el curro de los derechos humanos”,  hay otros dentro de este espacio que proponen armar a la sociedad para defenderse, de crear cárceles para narcos, como si esa fuera la solución, entonces dentro de este lado de la grieta tenemos a los que evidentemente su modelo de país no es inclusivo, no es para todos, sino de los privilegiados.  Donde la moderación es solo discursiva, porque si para ganar es necesario correrse cada vez más a la derecha, es una opción que no se descarta.

Del otro lado de la grieta tenemos los que con sus aciertos y fallas intentan gobernar para todos, los que creen en la educación pública, en la salud pública, los que creen en la necesidad de la justicia social, de la inclusión, en los que a pesar de todas las críticas y posiblemente con muchos desaciertos, pero que por donde mires y no hablo desde lo emocional, sino desde los datos, un país tan grande como la Argentina, que en el momento más difícil no solo para Argentina sino para el mundo, en el momento en que se declaró la pandemia del Covid, el gobierno logró con mucho esfuerzo y sobre todo con mucho esfuerzo colectivo, que en cada provincia, ciudad, pueblo llegaran las vacunas para hacer frente a la pandemia, a pesar de que del otro lado, de los que quieren otro país menos inclusivo, contrariaran y criticaran toda disposición nacional, pero aun así transcurrió la pandemia del Covid en nuestro país, con costos sobre todo en vidas humanas mucho menores, que comparado con muchos países de la región se logró tener el mayor número  de  población vacunada en tiempo y forma y el número de personas fallecidas por Covid no llegó a las cifras exorbitantes de otros países de la región e incluso de países europeos.

 Por lo tanto, esta es la otra Argentina o el otro modelo de país, el de un gobierno que intenta ser para todos, que cree que no se puede gobernar para unos pocos, que piensa y cree que las mujeres, las disidencias debemos ser parte, que sigue apostando por lo público, y resalto lo público porque sabemos que eso es lo único que es de todos, que sin importar cuál sea tu ideología, tu sexo, género, condición social, tus méritos, etc, nos pertenece a todos, todos podemos acceder.

Hay algo que considero que resulta necesario aclarar es que, en este modelo de inclusión y justicia social, es necesario realizar varias autocriticas, porque efectivamente los desaciertos han sido muchos y eso se hace evidente en los datos, en la pobreza, desocupación, inflación en la economía en general, en la justicia, y podríamos enumerar muchos más, muchos de los cuales son estructurales, de larga data y otros coyunturales, como la pandemia, la guerra de Rusia con Ucrania, situaciones que han venido a agudizar viejos problemas y a crear otros, por lo tanto el desafío y no hablo solo en cuestión democrática, sino el desafío de este modelo es profundizar la justicia social, la inclusión, teniendo como norte esto, avanzar en la construcción colectiva de un modelo productivo y de una economía incluyente, de una justicia con alcance real, con una educación y salud pública de calidad y esto se logra con mucha voluntad política, con una decisión firme, con la mirada puesta en lo colectivo.

Pero antes que nada para lograr esto es necesario reconocer y hacernos cargo y preguntarnos, no será que estas opciones tan radicalizadas, surgen por nuestras fallas y si en vez de criticarlas empezamos a accionar para demostrarles, pero con hechos que reconocemos nuestros desaciertos y creemos firmemente que los cambios solo se pueden hacer desde lo colectivo, con las instituciones democráticas, dentro de un Estado de Derecho, que como decía el politólogo Guillermo O’Donnell, “no es un problema si el Estado es más grande o más chico, lo que es necesario que las instituciones democráticas sean efectivas, eficaces y confiables”. Ese es el gran desafío de este modelo para los políticos que integran este espacio y para la política democrática en general.

Esos son los dos modelos de país, de un lado y del otro lado de la grieta, pero no termina ahí el problema es que tenemos un tercer modelo, un modelo más cercano a uno de estos, pero mucho más ubicado en el extremo, un modelo que no cree en el Estado, ni en las instituciones democráticas, un modelo que construye su narrativa en tormo a ciertos malestares de la época, que apela a la rebeldía y ahí está su centro de apoyo, es ese marco discursivo que compran sobre todo los jóvenes, pero también muchos enojados con la falta de respuestas o mejor dicho por estos problemas y desafíos democráticos no resueltos aun.

Mirando el cuadro desde una cierta distancia se podría decir que la grieta y los lados opuestos ocupados por ella no es más que lo que siempre se vio, dos modelos de país, dos visiones, una más inclusiva, siempre apelando y promoviendo la ampliación de derechos  y la otra más excluyente, con la cual ya hemos tenido ejemplos de estos gobiernos, recortes de derechos, concentración de la riqueza en pocas manos con el consecuente peligro, que de ser necesario se corran un poco más a los extremos, pero el peligro radical y valga la expresión radical, es el otro modelo, ese que va en contra de la democracia, del Estado de derecho, que descree en las instituciones democráticas, ese que le pone distintos nombres al fantasma del autoritarismo en la región, dependiendo de quien lo personifique pero que en esencia no es más que la antesala a la no democracia.

Como dice el reconocido politólogo Andrés Malamud, “esas opciones anti establishment son funcionales a la democracia, no le hacen mal, porque dentro del sistema electoral le ofrece a la gente un boleta con un nombre con una propuesta, obvio anti establishment, pero lejos de hacerle mal a la democracia, porque que la ausencia de alguien que proteste dentro del sistema electoral, es lo que si le hace mal a la democracia, en cambio la presencia de un candidato alternativo es bueno para ella y es malo para los políticos que están, pero no es malo para la política, porque a la política estas opciones le hacen bien mientras no ganen.”

Como dice el título 40 años de democracia no es poca cosa, ahora ¿cómo llegamos hasta acá?, ¿te pusiste a pensar?

En mi caso sí y hace mucho tiempo que vengo pensando en ello y en qué hacemos para mantenerla y mejor aún para acrecentarla. Porque si nos detenemos un poco a pensar, seriamente la cuestión, sobre todo me refiero a los que como es mi caso nos parió la dictadura, pero por la lucha de mucho pudimos ser educados por la democracia.

Vemos que a lo largo de estos 40 años, la democracia ha pasado primero por una situación de auge, de euforia, de triunfo, la abrazamos en 1983 y le dimos la bienvenida como cuando esperamos algo por mucho tiempo, más aún porque entendíamos "la gran mayoría" que no podíamos continuar como estábamos, ya no se podía seguir tapando el sol con un dedo, ya no había mundial de fútbol que acallara el dolor, o tapara las torturas y los gritos que provenían  del Pozo de Quilmes  o ninguna radio que sonara tan alto, en cualquier lugar del país, que tapara los gritos de los desaparecidos, de los torturados, de los muertos de la dictadura.

Una dictadura que marcó a fuego la vida de muchos de nosotros. La última dictadura que vivió el país, porque ya veníamos de una seguidilla de estas interrupciones a la democracia, la última dictadura, que a pesar de la negación de muchos y de la legitimación de muchos, se había llegado al punto de que no se podía seguir más así, que para los muertos y desaparecidos ya no había lugar, ni mar que los ocultara, que el olor a muerte y los gritos de dolor, que el silencio del país ya era casi un grito desesperado, fue cuando entendimos que con censura, que sin libertad de prensa, sin libertades individuales y colectivas, en fin que sin derechos civiles y políticos no se podía continuar, que había que decir de una vez por todas “señores nunca más”.

Fue cuando la política entendió el juego, fue la multipartidaria, un grupo de políticos de distintos partidos, en ese momento los cinco partidos políticos más importantes de la Argentina: la UCR, el PJ, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Intransigente (PI) y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), fueron los representantes de estos partidos quienes entendieron, que si querían lograr una transición a la democracia en plena dictadura militar, era necesario trabajar en conjunto, sin perder sus ideales ni sus lógicas propias, ni la visión que cada partido tenia, sea del tipo de país o de sociedad que querían construir, pero algo los unía y era un objetivo principal y fundamental, más allá de sus ideologías, y era de una única forma, con democracia, era el retorno al Estado de derecho, era volver a instaurar los derechos humanos en el país, era volver a la actividad política, sindical, a los centros de estudiantes, era que volvieran las elecciones, era volver al libre acceso a los medios de comunicación del Estado, era volver a las libertades civiles, políticas y sociales.

Ese era el juego que entendió la política y los políticos que debían jugar, para que volviera la democracia, ¿y sabes porqué fue posible? porque más allá de las diferencias, hubo “consenso”, dejaron las diferencias de lado y los unió el consenso de que sin democracia el juego se termina y también la vida.

Por eso es necesario, no solo cada 24 de marzo, sino todos los días educar en democracia, para las nuevas generaciones que han tenido la suerte de nacer en democracia, para los más grandes que muchas veces nos olvidamos de los que pasó o creemos que no va a volver a pasar, para muchos que como según ellos no vieron nada, negaron y siguen negando la dictadura, por eso es fundamental que todos desde el lugar que nos toque o el papel que nos toque actuar en esta sociedad colaboremos en la construcción de la democracia, que dejemos verla como algo estático, porque no lo es, está en continuo movimiento.

Vemos todos los días noticias en la región y en el mundo del avance de los autoritarismos y nos alarmamos con noticias donde vemos el avasallamiento a los derechos humanos, ponemos el grito en el cielo cuando miramos países de la región con gobiernos autoritarios, pero después aplaudimos a leones locales que creen que gritando se hace política, que creen que prendiendo fuego instituciones o negando las instituciones democráticas es la forma. No nos equivoquemos, no dejemos que nos vuelva a pasar.

Más que un deseo es casi una obligación que empecemos a mirar muy bien lo que aplaudimos o lo que dejamos pasar por alto, porque así como tenemos derechos por el hecho de vivir en un país democrático también tenemos obligaciones y una de ellas es cuidar nuestra democracia y en  este año en particular que es un año electivo, procuremos cuidarla, ¿como?: no difundiendo noticias falsas, informarnos antes de opinar, de desacreditar, pensando bien qué tipo de país, de sociedad queres para vos y tus hijos,  si queres un país para todos, un país con  acceso a la educación, a la salud, un país con derechos sociales para todos sin privilegios para pocos, bueno este es un buen momento para empezar a cuidar la democracia y los valores que ella representa y que no tengamos otra vez  volver a pasar por tanto dolor y muerte para volver a decir nunca más ni tener que esperar por un nunca más.

La Agrupación Oktubre integra las listas de todos los sublemas de Unión por San Luis que tiene como eje vertebrador al Partido Justicialista, para las próximas elecciones del 11 de junio.

 

La política no debe nutrirse de extorsiones ni de especulaciones. Formamos parte de las fuerzas políticas del campo nacional y popular y en tal sentido adherimos formalmente -en el contexto provincial y local- al LEMA UNIÓN POR SAN LUIS que tiene como columna vertebral al Partido Justicialista. De igual modo, en el ámbito nacional, integramos el Frente de Todos.

 

Lo expresado en el párrafo anterior es tan concreto como que no ocupamos lugares en listas, ni ejercemos cargos en ningún estamento de gobierno (ni nacional, ni provincial ni municipal); la metáfora de que “integramos todas las listas” se debe a que militaremos todo nuestro compromiso y potencial, en el marco del LEMA UNIÓN POR SAN LUIS, para que en diciembre, a las actuales gestiones peronistas le sucedan también gestiones peronistas: en el gobierno nacional, provincial y en cada pueblo o ciudad sanluiseña.

 

Cualquiera de los sublemas que integran el LEMA UNIÓN POR SAN LUIS es digno de ayuda y acompañamiento. Cada compañera y compañero de la AGRUPACIÖN OKTUBRE tiene la libertad de sumarse al equipo de trabajo en donde sienta que puedan ser mejor aprovechadas sus capacidades. Siempre dentro del LEMA UNIÓN POR SAN LUIS y con la premisa de exhibir y reclamar el respeto que toda y todo compañero merece.

 

No codeamos ni mendigamos espacios. No nos sentimos ni más de lo que somos ni menos de lo que debemos ser. La Agrupación Oktubre no tiene intermediarios que lo representen ante las conducciones nacional y provincial.

 

Caminamos despacio, pero sin detenernos. Nos posicionamos y buscamos nuestros ámbitos de militancia a través de medios de comunicación propios como herramientas de militancia (radio Calle Angosta y Portal de noticias CalleAngosta.com.ar). Y con la participación de muchxs de nuestros compañeres en otros medios: podcast, radio, televisión.

 

Elaboramos y presentamos proyectos al Ejecutivo Municipal y al HCD. Brindamos capacitaciones a la comunidad en general, articulando con la Fundación Oktubre y los Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, para algunos proyectos; y el de Desarrollo Social de la Nación, para otros. Ofrecemos apoyo escolar a niñas, niños y adolescentes en comedores y merenderos; ayudas a otras ONG; jornadas de concientización sobre “parto respetado” y “lactancia materna” entre otros temas.

 

Mantenemos un local partidario abierto desde hace tres años en el que nos reunimos y planificamos las acciones políticas y solidarias que podemos llevar adelante. Siempre de acuerdo con nuestras posibilidades desplegamos una modesta ayuda social facilitando alimentos, elementos ortopédicos y medicamentos. Colaboramos para acercar la información necesaria y oportuna a la comunidad para el acceso a diferentes beneficios y ayudas que puedan provenir tanto del nivel local, provincial y nacional.

 

Queremos que sea evidente: no es necesario ejercer cargo, ni ser funcionario, ni ser candidata o candidato para abrazar la actividad política.

 

“No es gritando ¡la vida por Perón! que se hace Patria; sino manteniendo el credo por el cual luchamos” | Juan D. Perón.

Antes que nada, el porqué del título de mi nota de hoy y es que voy a escribir de todo un poco, mezclar todo y se me vino a la cabeza algo que había leído en la casa de mi abuela cuando era chica, unos recortes de diarios con recetas de cocina que se titulaban así, y me pareció que le venía bien a mi menjunje de hoy.

Porque como vemos, con esto del mundial y de sentirnos más “globalizados” que nunca, donde sea que pertenezcamos, a un país u a otro, las emociones y pasiones que despertó el mundial de futbol, hizo que se hablara de todo mezclado, política, futbol, derechos humanos, economía. Prácticamente en todos lados fue igual con muchas similitudes, sin dejar de lado las diferencias y que precisamente las diferencias han sido las que han sobresalido en estos días, en casi todos los medios de comunicación, redes sociales, etc.

Diferencias que no son menores y que han puesto sobre la mesa una serie cuestiones tan importantes como el respeto a los derechos humanos, la violencia de género, la exclusión de las mujeres, la falta de democracia en el país sede de la Copa del Mundo, que claramente, esto incluye restricciones a la libertad de expresión, sanciones sobre la diversidad, tutelaje masculino hacia las mujeres, etc, donde también como fuimos viendo con el correr de los días, acusaciones de corrupción de “coimas” de este país a distintos integrantes de la Comunidad Europea, con la finalidad que estos últimos se encargaran de “limpiar la imagen de los primeros” en estas cuestiones mencionadas y otras.

Se podría decir que había un abanico de anomalidades que dejan en evidencia una clara y valga la expresión opacidad en cuanto a la elección del país sede, organización, FIFA, donde seguramente los intereses económicos o de algunos grupos privilegiados primaron sobre el bien común.

Lo que si podríamos decir, que este mundial permitió como positivo o con una cuota de optimismo, que se pusieran sobre la mesa, que se instalara y se abriera debate sobre estos temas, que como lo explicaba la representante de Transparencia Internacional, Sylvia Schenk, en un medio alemán, “la visibilidad inherente a una Copa del Mundo puede obligar a Catar a mejorar condiciones de vida de sus habitantes, así como aumentar el respeto a los derechos humanos” y en lo personal me adhiero a esta mirada optimista porque creo que esta visibilización puede llegar a ser un punto de partida para el cambio.

Y ahora viniéndonos un poco más cerca, pero sin dejar de mirar al mundo y hablando de lo que más me gusta, de política, que complicada que esta la política, pero hablo de esa política reponsive, con capacidad de respuesta, sensible a las demandas, como le está costando o que poco esfuerzo está habiendo para darle respuesta a la gente, para establecer consensos, diálogo, para ejercer la actividad política propiamente dicha.

Cuanto espacio vacío está dejando la política y cuanto lugar le está cediendo a grupos poco interesados en la política, a grupos extremos, principalmente a la extrema derecha, esa que hablamos todo el tiempo de combatir, pero que cada vez más le hacemos más lugar para que entre, a esos grupos que no les interesa la política en lo más mínimo. Lo vemos todo el tiempo en las noticias, lo vimos en estos días en Alemania, cuando detuvieron a un grupo de personas sospechadas de planificar un golpe de Estado, lo vemos, lo leemos todo el tiempo en distintas partes el avance de los autoritarismos, la perdida de la legitimidad y confianza en la democracia y sus instituciones, lo vimos estos días en Perú, un país que a lo largo de estos años no puede sostenerse en sus instituciones democráticas. Cuando un presidente elegido democráticamente, reniega de sus instituciones democráticas y pergeña un autogolpe de Estado.

Cabe aclarar que no sucede solo en Perú, sino que en muchos países de la región y del mundo podemos observar en distintas partes, líderes políticos que cuando no pueden hacer lo que quieren, no les importa dejar de la lado los mecanismos de la política democrática y acudir a otros menos democráticos, o de cuestionables intenciones democráticas con tal de perpetuarse en el poder, de hacer según sus designios, no importando el bien común, el diálogo y el consenso, arrasando por sobre la política e instituciones democráticas, dejando de entender la democracia como dice un reconocido jurista argentino, Roberto Gargarella, “como una conversación entre iguales”, donde pueblo y gobernantes puedan encontrar la respuesta a demandas y necesidades de manera conjunta.

Volviendo al futbol y ahora que la fiesta terminó, y que tenemos la alegría de ser Campeones del Mundo, ojalá la política o mejor dichos los y las políticas, entiendan que la democracia es con todos, todas y todes, que aprendan a jugar en equipo. Que, así como fue creciendo en equipo nuestra selección, las y los políticos, empiezan a jugar la política en equipo, que se despersonalice un poco la política y que se abra el juego en equipo, tómala vos, te la paso a vos, dámela a mí y así vamos, ojalá volvamos a aprender abrir la puerta para salir a jugar todos, todas y todes por un mundo mejor, más inclusivo, más diverso, más democrático.

Otra cosa antes de terminar, ayer vimos una Argentina unida, miles de personas juntas sin importar nada más que festejar, y te lo digo a vos que más de una vez decís ¡qué país de mierda!, me quiero ir, en otro país es mejor que acá, ayer estábamos todos juntos no te olvides de eso, defendé a tu país que tantas alegrías te da, vos también podes hacer algo por él, todos podemos hacer algo por él desde el lugar que nos toque jugar, no hace falta ser un jugador de futbol, un héroe ni nada de eso, con solo defender a tu país, cuidar su democracia, respetar al otro, ya estás haciendo mucho, pensalo antes de decir me quiero ir de este país de mierda.  

La asunción de Gabriel Boric, como presidente de Chile, elegido democráticamente, representante de una Izquierda progresista, opuesta a los postulados neoliberales, que por mucho tiempo llevan instalados en el país, desde la dictadura de Pinochet y reforzadas con el gobierno saliente, Sebastián Piñeira, acrecentando las desigualdades ya no solo coyunturales sino estructurales, ha venido a traer un aire fresco, de calma.

Este nuevo presidente representa la esperanza de un cambio, un cambio que se pidió en el estallido social del 2019, que derivó en un proyecto de reforma constitucional, recordemos que la constitución chilena es herencia de la dictadura de Pinochet, en la cual muchas de estas profundas desigualdades sociales y económicas son amparadas en cierta forma por esta constitución.

Boric tiene un gran desafío frente a esta “época de cambios” que demanda su pueblo. Hasta el momento ha dado indicios de ello, con la formación de su ministerio, plural y diverso. Ahora veremos cómo se acomoda ante un parlamento bastante heterogéneo, con una derecha muy conservadora, cómo demuestra su capacidad de liderazgo y construcción de consensos y apoyos para poder llevar adelante su agenda de gobierno.

Algo para tener en cuenta, es que, si bien él no tiene injerencia en la Convención Constituyente, se le ha pedido neutralidad, el texto una vez terminado, se va a someter a un plebiscito por el sí o por el no y esto impactará directamente en su gobierno, es muy importante tanto para él como para su gobierno que este texto se reforme, le será de una gran ayuda a sus cambios políticos.

Como reto externo, es el conflicto armado Rusia-Ucrania, que tendrá sus efectos y consecuencias, la principal es que esto podría impactar fuertemente en un elevado precio del petróleo en un país que no produce crudo, en un mundo globalizado es imposible evadirlas, por lo tanto, para Gabriel Boric los desafíos internos como externos son muchos y habrá que ver cómo responde a ellos, por un lado, las demandas de su pueblo y por el otro cómo se para frente al mundo.

Boric necesita mostrar otras formas de hacer política y de entender el rol del Estado, la sociedad, las relaciones de género y las desigualdades.

Hasta el momento genera muchas expectativas esa idea de “colectivo de gobierno”, que entiende la necesidad de inclusión de nuevas identidades y colectivos ciudadanos en la toma de decisiones y la demanda de mayor horizontalidad en las relaciones de poder, que hace años y sobre todo desde octubre del 2019 que Chile lo viene reclamando.

Su forma de ser y entender la política, de hacer política, de lo que Chile viene acostumbrado a ver, parece ser distinta. Hay que ver cómo es ahora en el gobierno, con el poder real, si va a poder construir un liderazgo de izquierda más moderno, más moderado, de acercamiento de los extremos y que derive en más polarización.

Las miradas no solo del pueblo chileno sino también de la izquierda latinoamericana, estarán atentos a lo que suceda en Chile estos próximos cuatro años.

Cuando más arriba hacía referencia a desafíos internos, uno de ellos es recordar cómo llega Boric al gobierno, y es por el apoyo de una coalición de partidos heterogéneos, donde es casi seguro que no faltaran los momentos de tensiones y conflictos internos.

Otra cosa que hizo este nuevo presidente fue moderar el discurso en la segunda vuelta para distinguirse de su oponente de ultraderecha Kast, mejoró también su relación con la ex concertación y algo que lo ayudó bastante fue que dejó claro de manera explícita que, “los cambios serian graduales” de esta forma, calmó al sector empresarial.

Siguiendo con los desafíos internos, el mal llamado “conflicto mapuche”, como él hizo referencia en su primer discurso presidencial, un conflicto centenario, con los pueblos originarios del sur, donde estos últimos años la violencia ha ascendido, producto de la tensa y violenta relación del pueblo con el Estado. Donde tiene como prioridad cambiar las formas de actuar y relacionarse el Estado con ellos, tratando de no causar más división sino de buscar el dialogo y el consenso y sobre todo el reconocimiento de sus derechos y sus tierras.

La crisis migratoria norte, es decir, el aumento masivo de migrantes a Chile, lo que le representa, por un lado, la agenda de seguridad y por el otro, los derechos humanos de los migrantes, deberá encontrar el justo equilibrio en este tema.

Sin olvidar que Boric recibe un país con serios problemas económicos, agudizados con la pandemia mundial, un presupuesto fiscal ajustado donde tendrá poco margen para satisfacer las demandas sociales, donde el gran desafío es saber administrar las arcas fiscales con eficacia. Generar confianza con el empresariado para recuperar la inversión y reactivar la economía.

Por último, la ya mencionada pandemia que no solo provocó más problemas económicos, sociales, sino que aún no ha terminado en Chile, han aumentado los casos y las muertes, por lo tanto, otro reto es manejar la crisis sanitaria de la mejor manera, el regreso a la prespecialidad en las escuelas, sostener la política de vacunación que lideró con éxito el presidente saliente.

En fin, los que seguimos su discurso de asunción hemos podido escuchar que estas son sus prioridades por el momento, que reconoce estos retos, lo que genera un buen augurio de que está escuchando a su pueblo, haciendo una lectura de la realidad. Ahora nos queda desearle el mayor de los éxitos no solo para él sino también a su pueblo.

 

 

Para pensar, reflexionar y debatir, les comparto algunos datos, no es necesario decir más nada los datos hablan por sí solos.

Las investigadoras Valerie Hudson, Bonnie Baliff-Spanvill, Mary Caprioli y Chad Emmet, en su libro 'Sex & World Peace' (2012)  elaboraron una comparativa del número de muertes de las mujeres asiáticas en el siglo XX frente a los fallecimientos en general durante las guerras y conflictos armados en el mismo siglo. Veamos las cifras:

Las personas muertas entre la Primera Guerra Mundial y la Guerra entre Irak e Irán (1980-1988) fue de 140 millones de personas. Las mujeres asiáticas asesinadas en el mismo periodo son de casi 161 millones. Estamos hablando de que murieron más mujeres a causa de feminicidios, homicidios dolosos, abortos selectivos por sexo (se acomete cuando se sabe que será niña), desapariciones, mortalidad por falta de cuidados neonatales, muertes casuales en la cocina (una práctica común en países de la región), entre otras. En resumen, fallecen porque son mujeres y sus vidas valen menos que las de los hombres.

Murieron más mujeres, sólo en Asia, que personas en la I y II guerras mundiales, el Gran salto adelante de Mao, la Guerra de Vietnam, la Revolución Mexicana, el Tíbet, Colombia, Angola, el conflicto árabe-israelí, Sierra Leona… y varias decenas más de conflictos entre guerras internacionales y civiles.

Este estudio no incluye a las mujeres de otras regiones del mundo, entre ellas América Latina, donde se encuentran 16 de los 25 peores países del globo para ser mujer por el nivel de violencia de género.

Mujeres y niñas viven las guerras con una doble amenaza: por vivir en una zona de conflicto armado y por el mero hecho de serlo. La violencia cotidiana y las amenazas normalizadas se acentúan durante estos eventos.

Por ello, es central su participación en los procesos de negociación y de mantenimiento de la paz. Su perspectiva es diferente a la de los hombres, y tienen una mirada y experiencia que, sin duda, tiene mucho que aportar.

De acuerdo con el Indice de Paz Mundial 2020, la brecha entre los países más y menos pacíficos sigue creciendo. Los menos son Afganistán, Siria, Irak, Sudán del sur, Yemen, Somalia, Libia, República del Congo, República Centroafricana y Rusia; los más, Islandia, Nueva Zelanda, Portugal, Austria, Dinamarca, Canadá, Singapur, República Checa, Japón y Suiza. Entre unos y otros hay muchas diferencias y conflictos locales que no se visualizan e impiden que se hable de paz.

“Es hora de construir un mundo pacífico con una mirada inclusiva, y que deje de considerar la guerra simplemente como una situación de conflicto armado. Las mujeres viven una amenaza latente y cotidiana”.

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