La casi violenta reacción, el tono de sus respuestas y la actitud prácticamente evasiva que tuvo el gobernador, Claudio Poggi, para con un grupo de maestras, quienes —angustiadas y a puro llanto— se le acercaron para plantearle sus problemas a raíz de sus bajísimos salarios, alcanzó repercusiones nacionales.
La situación se desencadenó cuando un grupo de maestras decidió confrontar al gobernador respecto a la situación precaria de sus salarios, que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas. Sin embargo, la respuesta de Poggi sorprendió a muchos, ya que en lugar de mostrar empatía y buscar soluciones, adoptó una actitud evasiva y hasta agresiva, dejando a las docentes aún más desilusionadas y frustradas.
Este incidente no pasó desapercibido a nivel nacional, generando un debate sobre el trato que reciben los trabajadores de la educación y la importancia de garantizar condiciones laborales dignas para aquellos que tienen la responsabilidad de formar a las futuras generaciones.
La reacción de Poggi ha sido objeto de críticas por parte de diversos sectores de la sociedad, que han expresado su preocupación por la falta de sensibilidad y compromiso del gobierno hacia los problemas reales que enfrentan los docentes. En un momento en el que la educación es fundamental para el desarrollo del país, es crucial que las autoridades demuestren un verdadero compromiso con el bienestar de los trabajadores de la educación y con la calidad de la enseñanza en general.