La historia de la música está llena de canciones virales, desde "Thriller" de Michael Jackson hasta "(We're Gonna) Rock Around the Clock" de Bill Haley. Estas canciones han trascendido generaciones y medios, conectando con el público y dejando una marca duradera en la cultura popular.

El 30 de marzo de 1996, el penal de Sierra Chica se convirtió en escenario de uno de los episodios más oscuros de la historia carcelaria argentina, marcando ocho días de violencia desenfrenada.

En el siglo II a.C., los antiguos chinos veían en la acuarela una vía perfecta para explorar el mundo. A diferencia de la pintura occidental, donde se construye una imagen mediante capas superpuestas, la acuarela propone un juego de tensiones entre el pigmento y el agua, entre la libertad y la estructura de las formas. Es un ejercicio mental donde el objetivo es capturar los hilos espirituales que sustentan la realidad. Este enfoque ancestral parece resonar en la obra de Removedor Valdés, un artista multifacético que ha dejado su huella en la escena underground desde principios de los 2000.

Antes de ser conocido como Removedor Valdés, este talentoso individuo respondía al nombre de Nicolás Valdés. Nació el 29 de diciembre de 1983 en Buenos Aires y desde temprana edad mostró un interés innato por el dibujo y la pintura, fomentado por el estímulo de sus padres, quienes tenían un taller de enmarcado de cuadros. Entre los 11 y los 17 años, se sumergió en el estudio de la técnica de la acuarela de la mano de un amigo de su padre. Durante este período, adquirió conocimientos sobre composición, color y perspectiva, pero su verdadera formación artística aún estaba por venir.

"En mi adolescencia, comencé a asistir a conciertos y, especialmente en los eventos de Fun People, que solían tener ferias enormes, quedé fascinado por las portadas de los discos, los casetes, los fanzines, los parches y los carteles", recuerda el artista. "También empecé a tocar en bandas, primero en Los Jacqueline Trash y luego en El Violinista del Amor & Los Pibes que Miraban. Fue entonces cuando surgió la necesidad de crear el arte para los discos. Pasé gran parte de mi juventud diseñando volantes para mis bandas, para amigos y para cualquier encargo. Fue en ese momento cuando dejé la pintura y me sumergí en el estudio del diseño gráfico".

Nekro de Boom Boom Kid – Arte: Removedor Valdes

Sebastián Saire de Mofa y Adrián Outeda de No Demuestra Interés – Arte: Removedor Valdes

El arte de Removedor Valdés se nutre de la vida urbana de Buenos Aires en los años 2000. Durante su tiempo colaborando con Scatter Records y Rock City, diseñó para eventos y bandas notables. En contraste, su enfoque en la acuarela es más personal y desafiante. Describe la técnica como impredecible y a veces frustrante, pero encuentra belleza en su naturaleza espontánea.

Las influencias de Removedor incluyen artistas como David Carson, Art Chantry y Obey, así como colegas de la escena urbana argentina como Run Don’t Walk, Tomás Spicolli, Feder Martinez, y diseñadores como Santi Pozzi, George Manta y TEG. "Para mí, la inspiración puede venir de cualquier lugar: la música, el cine, absorberlo todo", reflexiona. A la hora de trabajar, prefiere el formato digital, especialmente para crear pósters y flyers para bandas, donde busca capturar la esencia de su identidad en una sola imagen. Recientemente, ha vuelto a explorar la acuarela, inspirado por la escena musical de Buenos Aires.

Pedro Dalton de Buenos Muchachos / Chillan Las Bestias, y Paula Maffia – Arte: Removedor Valdes
Tomás Spiccoli de Tildaflipers y Santiago Moraes de Los Espíritus – Arte: Removedor Valdes

Gracias a un extenso archivo fotográfico, Removedor Valdés encontró inspiración para sus retratos, aunque para algunas bandas menos conocidas tuvo que explorar antiguos fotologs y rincones olvidados de Internet. En su trabajo, busca capturar la esencia de los músicos más allá de su entorno, empleando la versatilidad de la acuarela. Considerado como un historiador visual, documenta una época cultural importante, demostrando que el movimiento desde el 2000 sigue vivo en su arte. Sus acuarelas son testigos de las experiencias de una generación que encontró refugio en la música. Para él, el arte es un escape y una forma de expresión política. Removedor Valdés es un artista que plasma un pasado influyente en el presente y proyecta su relevancia en el futuro de la escena musical.

La película, con una duración de 105 minutos, presenta como protagonistas a Joaquín Furriel y Griselda Siciliani.

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