En medio de la publicación de un aluvión de material en diversos soportes que intenta contar con precisión y analizar la rica historia del rock argentino en los años `80, un ciclo audiovisual opta por traer de vuelta el espíritu que dominaba la época, a partir de descontracturadas charlas plagadas de anécdotas con testigos privilegiados de esa escena.
"1980 y Rock" es el nombre de esta serie de nueve capítulos de alrededor de 45 minutos cada uno, disponible de manera gratuita en YouTube (en el canal Mil Novecientos Ochenta y Rock) y en formato de podcast en Spotify, en la que el periodista y escritor Osvaldo Marzullo mantiene largas conversaciones con muchos personajes que, aunque no fueron protagonistas, jugaron un rol central en ese período.
Así desfilan en la primera temporada músicos al servicio de grandes proyectos, como el caso de Alfredo Toth (GIT y Charly García) y Boff Serafine (Riff), fotógrafos, mánagers, agentes de prensa y productores, entre tantos.
Pero el gran encanto en este ciclo radica en que así como elude la palabra de los protagonistas, habituales centro de todos los relatos, tampoco pretende brindar datos precisos, seguir una línea de tiempo narrativa que permita reconstruir biografías o realizar lecturas sobre lo ocurrido, sino que bucea en descripciones de situaciones cotidianas que permiten reconstruir un código de época.
"La idea fue justamente no hacer reportajes, sino más bien charlas. La idea tampoco fue dar precisiones y, ni siquiera, se hizo con un tono crítico ni revisionista. Se pensó en dar un pantallazo ameno de lo que pasó en esos años. No un análisis, porque ya hay muchos libros", explicó a Télam Marzullo, quien en aquellos años puso su rúbrica en memorables reportajes de la revista Pelo, entre los que aparecen nombres como Queen, The Police, Van Halen y Peter Frampton, entre tantos.
De esta manera abundan relatos sobre lo que sucedía en los lugares de reunión de la escena del rock en los `80, como el caso de los míticos La Esquina del Sol o el Stud Free Pub; como así también sobre la manera casi artesanal de trabajo de la prensa, los mánagers, los productores y los músicos, quienes conformaban un reducido grupo en el que todos se conocían.
Pero esto que se desprende de las conversaciones, a través de anécdotas y comentarios varios, también se manifiesta en el clima que Marzullo logra con sus entrevistados, y en la puesta en contraste con la actualidad.
"El mundillo del rock era como mucho 200 personas, todos nos conocíamos aunque sea de nombre y sabía qué hacía el otro. Había muchos shows todos los fines de semana en Obras o teatros de la calle Corrientes y después se seguía viendo shows en otros pubs y lugares chicos. Había lugares que eran puntos de encuentro como La Esquina del Sol", apuntó Marzullo.
La charla con Roberto Quinteros
El hecho de que el propio periodista haya sido letrista de muchos éxitos de GIT, como el caso de "Viento loco" o "Es por amor" o algunas historias ligadas a su profesión dan cuenta de esta relación sin filtros entre la prensa -y todos los estadios de la industria en general- y los músicos.
"Me acuerdo de uno de los primeros escándalos de Charly García cuando se bajó los pantalones en una provincia. Había un montón de periodistas de todos los medios esperándolo cuando volvió. Teníamos el cierre de Pelo, lo llamo y me dice que vaya para su casa. Me preguntó si me gustaban las masas secas y fue a un lugar cerca de su casa que hacían unas muy ricas para convidarme", recordó a modo de gráfico ejemplo.
"En los `90 empieza a cambiar todo porque aparecen los filtros, más mánagers, asistentes y los músicos dejaron de tener esa vida social con el mundillo del rock. También muchos empiezan a ir a grabar afuera y la bailanta copa los boliches. Ahí se pierde una fuente de laburo espectacular para todos, porque la cosa se depura y ya no contratan a todos", añadió.
Por supuesto que desde el lugar privilegiado que ocupó, Marzullo puede alejarse del rol acartonado de entrevistador en "1980 y Rock" y elige sumergirse en la puesta en común de situaciones o historias con sus interlocutores, lo que le da el característico tono vívido al envío.
El ciclo cuenta con la producción de Wanda y Federico, los hijos de Marzullo; en tanto que su yerno Agustín Ibarra está a cargo de la música original y el sonido; y ya prepara una segunda temporada con una nueva lista de entrevistados.
"Hay una generación de entre 30 y 45 años que noto que tiene devoción por el rock argentino de los `80. Hijos de amigos, amigos mis hijos, muchos me preguntan cómo fue tal o cual cosa, si Charly y (Luis Alberto) Spinetta se llevaban bien, cosas así. También me decían que tenía que escribir un libro o dar charlas", reflexionó el periodista.
Y concluyó: "Noto mucha avidez y por eso nació esto que quiso evitar la historia oficial e ir por un lugar más descontracturado y aprovechando las redes sociales. Ya hay toda una generación de antropólogos del rock que sabe más que nosotros mismos, así que decidimos ir por este lado".