Si bien es el pronunciamiento más popular, hay un conjunto de 11 principios que siguen siendo objeto de estudio. Y que el escritor, crítico cultural, intelectual Daniel Molina, desplegó en un hilo en su cuenta @rayovirtual.
El listado tiene la virtud de relacionar ese decálogo más uno, con comportamientos mediáticos actuales. En honor a la verdad, comportamiento de medios que es muy parecido al de dirigentes del espacio -hoy opositor- Juntos por el Cambio; dos colectivos que cada día cuesta más diferenciar.
Sigamos el texto de @rayovirtual.
Se discute que los llamados "Once principio de la propaganda" atribuidos a Goebbels no los escribió Goebbels. Pero si estudian la prensa nazi verán que expresa perfectamente estos 11 principios. El partido Nazi fue derrotado en 1945. Pero sus enseñanzas siguen iluminando la política y la propaganda de gran parte de la cultura occidental. En la Argentina, los grandes continuadores de su ideología de la comunicación son los medios masivos, en especial Clarín y La Nación.
La propaganda es una forma de transmisión de información que tiene como objetivo influir en la actitud de una comunidad respecto a alguna causa o posición, presentando solamente un lado o aspecto de un argumento.
Primer Principio de la propaganda nazi: PRINCIPIO DE LA SIMPLIFICACIÓN Y DEL ENEMIGO ÚNICO. Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo. ¿Quién es el enemigo de los medios y de Juntos por el Cambio? ¿Hay muchos o solo UNO?
Segundo Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada. En la Argentina hoy: TODOS los que no son antikirchneristas son kirchneristas.
Tercer Principio: de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos. Macri diciendo que este es el peor gobierno de la historia (Maximiliano Guerra yendo más lejos: "Son peores que Videla"). Macri criticando la inflación. Ejemplos, apenas.
Cuarto Principio: de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Cada pedo que se tira un concejal kirchnerista de Pico Truncado se pone en primera plana como si fueran las bombas sobre Hiroshima.
Quinto Principio: de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar”.
Sexto Principio: de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Séptimo Principio: de renovación. Hay que emitir constantemente acusaciones, informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa.
Octavo Principio: de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. Usar medios supuestamente contrarios para decir lo mismo.
Noveno Principio: del silenciamiento. NO HABLAR sobre las cuestiones que no se pueden rebatir ni culpar al otro. Disimular las noticias que favorecen el adversario. ¿Les suena la protección mediática a Macri, Larreta o Bullrich.
Décimo Principio: de la transfusión. La propaganda opera a partir de un sustrato preexistente, de un complejo de odios y prejuicios tradicionales y arraigados. "No les gusta trabajar" "Los negros se la pasan cogiendo y haciendo hijos; y luego quiere que se los mantengamos".
Undécimo Principio: de la unanimidad.
Lograr convencer a su público que piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad. Todos "sabemos" que Cristina es una corrupta malvada psicópata. Que se robaron un PBI, etc. etc.
Gran parte de los principios de Goebbels (los haya escrito él o no, da lo mismo, son los que aplicó el nazismo y han quedado en la historia de las comunicaciones) los aplican TODOS los medios y TODOS los partidos en el mundo.
Esa es la influencia nazi más poderosa que ha quedado. Lo que llama la atención es que Juntos por el Cambio, el Grupo Clarín y La Nación aplican religiosamente TODOS los principios nazis de la comunicación, sin apartarse jamás de cumplirlos fielmente. No dicen la verdad ni se abren a la duda JAMÁS.