“Soy una persona que le gusta cuidar el ambiente, nací en Villa Mercedes, de niña mis padres permitieron desarrollar mi curiosidad por la naturaleza, plantando flores en el patio y haciendo salidas de trekking al campo o las sierras. También incursioné un poco en el mundo de la geología.
“Hay materias de la carrera que tienen que ver con el suelo, las rocas y los ciclos naturales y otras que tienen que ver con las maquinarias y el extractivismo en sí.
Cuando comencé la carrera me desilusione: no me gustaba como hablaban de la Naturaleza. Luego viajando escuche la palabra Permacultura y ahí se me abrió una puerta hacia un mundo que tenía que ver con lo que creía y buscaba, un mundo relacionado con la sustentabilidad, lo ambientalmente amigable, y empecé a estudiar lo permacultural de forma autodidacta, empecé a poner en práctica esos conocimientos y a experimentar con ellos: con mi viejo hicimos una casa de adobe, empecé la huerta y -en general- empecé a poner en práctica todos los pétalos de la permacultura como la medicina, la alimentación y lo comunitario. Fui trabajando principalmente en la Soberanía Alimentaria.
Corazón de tierra es un proyecto en conjunto con mi pareja, él estudió agronomía, no le gusto; pero su abuelo le había enseñado a cultivar y había construido invernaderos en su casa y, al igual que yo, fue experimentando de forma autodidacta. Hace tres años nos reencontramos y creamos el proyecto de Corazón de Tierra, le empezamos a dar forma y básicamente lo que hacemos es producir plantines de hortalizas.
corazón de tierra se convirtió en un proyecto de concientización y un emprendimiento para subsistir y generar un ingreso a partir de la agroecología.
Porque en este mundo capitalista en el que vivimos es importante generar un ingreso para sostener y legitimar una filosofía de vida, entonces como base es un emprendimiento que es nuestra fuente de trabajo; pero tenemos la suerte de que justo este trabajo es lo más amigable, me di cuenta que la agroecología es lo más amigable que yo podía hacer: de todos los productos que he podido vender o los servicios que he podido brindar, yo sentí que esto es lo más amigable con el ambiente, no sólo amigable con las plantas y el terreno, sino también desde la parte de concientización y la capacitación, siempre desde una mirada amorosa y sensible con la naturaleza.
“Básicamente en Corazón de Tierra levantamos la bandera de la Soberanía Alimentaria. Las personas tienen acceso a un plantin de una hortaliza agroecológica e inmediatamente pueden ir a su casa, plantarlos y -luego- consumir sus productos, a su vez brindamos un asesoramiento y las herramientas para que las personas puedan comer lo que comprarían en un supermercado de forma organica y agroecologica: nuestros plantines no son fumigados con nada, solo tienen tierra, abono de nuestro compost e irrigación. Es un círculo lo que hacemos nosotros: desde la verdura que comemos, al compost y al plantín que producimos. Hemos encontrado un método super agroecológico en el que dejamos que las plantas ‘se curtan ahí’, tenemos tres bancales de 1.20M por 2 metros y hemos obtenido buenos resultados”.