Los filtros de los cigarrillos están hechos con acetato de celulosa, un plástico que puede perdurar hasta 10 años en el ambiente, estos, al desintegrarse, liberan microplásticos que contaminan el ambiente y perjudican la salud (recientes investigaciones publicadas han hallado microplásticos en la sangre y los pulmones humanos). Además, una colilla puede contaminar hasta 100 litros de agua.
A pesar de ello, tirar las colillas al suelo es una práctica habitual de los fumadores, según estimaciones: un fumador promedio desecha indebidamente 7 colillas cada día.
A raíz de este problema, Vestime de Verde instala colilleros, recolecta las colillas y les da una disposición adecuada. En enero de este año instalaron colilleros en La Punta y en marzo colocaron otros en la Plaza Pringles y en la ‘Vieja Estación de Trenes’ de San Luis, también realizaron varias jornadas de recolección de colillas, las acopian, y ahora buscan reciclarlas en la provincia.
Vestime de Verde es una organización ecologista que busca generar conciencia colectiva y mitigar el impacto ambiental de las colillas, el grupo está compuesto por 14 personas de entre 12 y 52 años.
“Nuestra motivación principal es cuidar al ambiente, queremos disminuir los efectos sumamente perjudiciales que causan las colillas: creemos que interviniendo con acciones simples podemos mejorar el planeta”, comentó Monica Guinard, integrante del grupo, al ser consultada por EcoPress en marzo pasado..
Bajo esa premisa, los catorce integrantes fabrican colilleros, los instalan en las zonas urbanas, recolectan los filtros del tabaco, los acopian y, ahora, buscan reciclarlos en San Luis, ya que la planta de reciclaje de colillas más cercana se encuentra en Mendoza.
“Los colilleros los hacemos con caños de PVC: los marcamos, cortamos, hacemos los orificios por donde ingresan las colillas y después los pintamos simulando un cigarrillo. Además estamos haciendo colilleros portátiles con materiales reciclados”, explica Guinard.
Para ahondar más, EcoPress se comunicó con Sol Moyan, presidenta del grupo y estudiante de Diseño de Indumentaria.
Moyan relato que han estado trabajando con la profesora Carolina Talio de la Facultad de Química de la Universidad Nacional de San Luis -UNSL- para buscar la manera de reciclar las colillas de cigarrillo, lograron obtener tres textiles hechos con colillas, “pero tenemos que analizar los niveles de elasticidad y de toxicidad, las propiedades del textil y estudiar cuál tiene menor impacto ambiental en el proceso de reciclaje, entonces, teniendo en cuenta estos parámetros, queremos ver cuál es la mejor”, detalla.
“Lo que hacemos con las colillas es desarmarlas, separamos el papel del polímero para reciclar ambos, el papel se puede transformar en etiquetas de papel y el polímero en el textil que estamos investigando”. “El textil tiene propiedades aislantes: se podrían hacer camperas, acolchados y puede servir para hacer ropa para bomberos”, agrega.
La organización ya tiene muchas colillas acopiadas listas para reciclar, desde Enero vienen instalando colilleros y recolectando colillas, además organizaron dos jornadas de recolección en las que participaron centenas de personas, “en la primer jornada participaron unas 150 personas y se juntaron más de 19 mil colillas, y en la última se superaron estos números”, detalla Moyan.
“Nos encantaría que en algún momento se haga una planta recicladora, esa sería la forma más adecuada para que esto realmente funcione. Nosotros apenas tengamos el resultado final de las muestras vamos a hacer pública toda la información al respecto para que la gente pueda reciclarlas, nosotros como grupo quizás no podemos reciclar grandes cantidades; pero vamos a divulgar la información al respecto para que él que quiera pueda reciclar las colillas”, relata la presidenta del grupo al ser consultada sobre la viabilidad de reciclar este desecho en San Luis.
Además, Sol recomienda que los fumadores “lleven un recipiente en la mochila o el bolsillo y que depositen los filtros allí, luego nos pueden entregar las colillas con el fin de que sean recicladas, eso ayudaría muchísimo a la organización y al ambiente”.
También dice que “estaría buenisimo dejar de hacer los filtros con acetato de celulosa y, en su lugar, usar un material menos contaminante, es necesario investigar al respecto. Como siempre va a haber algún irresponsable que tire las colillas al suelo, también podemos solucionar el problema cambiando el material de los filtros”, reflexiona.
Pero hasta que eso suceda, la organización sigue buscando mitigar la contaminación de las colillas, por eso “el 5 de junio vamos a estar, en el marco del Día Mundial del Ambiente, junto con el programa Parques y Comunambiente haciendo colilleros en el Parque de las Naciones. Ese mismo día también vamos a estar colocando colilleros en el Paseo del Padre junto a la Secretaría de Ambiente”, concluye Moyan.