“Para los ocupantes del vehículo, la probabilidad de muerte en un choque a 80 km/h es 20 veces mayor que en un impacto a 32 km/h. La probabilidad de que un peatón muera se multiplica por ocho cuando la velocidad del vehículo pasa de 30 a 50 km/h. Los peatones tienen 90% de posibilidades de sobrevivir a impactos a 30 km/h o menos, pero menos del 50% de probabilidades de sobrevivir a un choque a 45 km/h o más”. Comunicado de prensa de la Asociación Española de la Carretera, 25-4-2005 (ww.aecarretera.com /Costevidahumana%20_2_.pdf).
La unión de estos tres efectos produce que las personas se encuentren cómodas en la calle, ya sea paseando, haciendo ejercicio, o simplemente charlando, y que la percepción de la calle como un lugar de tránsito pase a convertirse en un valor y un destino por sí misma.
Graz (Austria) 240.000 habitantes Fue la primera ciudad europea en introducir una velocidad máxima de 30 km/h en toda la zona residencial. En septiembre de 1992 se implantó la velocidad máxima de 30 km/h (Tempo 30) en toda la ciudad de Graz (el 80% de sus calles), exceptuando las vías de gran capacidad cuyo límite de velocidad es de 50 km/h. Antes de introducir estas medidas de moderación de la velocidad se realizó una campaña informativa de varios meses. Se informó a los automovilistas de los riesgos que hacían correr a otros usuarios de la vía urbana al circular a 50 km/h, o del escaso tiempo que perderían al bajar el límite de velocidad de 50 a 30 km/h.
La introducción de la limitación a 30 km/h se hizo de una sola vez con ocasión del inicio del curso escolar (para destacar el aspecto de la seguridad). Las medidas adoptadas fueron la instalación de paneles informativos y señalización horizontal para recordar la velocidad máxima autorizada en las vías de circulación local. La política de limitación de la velocidad se apoya en activas y continuadas campañas de concienciación sobre la movilidad amigable, empleando anuncios en los medios locales y distribución de folletos en las casas. Todos los años el Ayuntamiento lanza una campaña para recordar a los ciudadanos las restricciones de velocidad. Además, se efectúan controles para evaluar el cumplimiento del límite de la velocidad y la policía sanciona sistemáticamente a los infractores.
Al comienzo, menos de la mitad de las personas se mostraban conformes con la iniciativa, pero a la conclusión del periodo de prueba más del 80% la respaldaba. En 1994 el 68% de los conductores apoyaba la limitación de la velocidad (en 1992 sólo 1/3 la respaldaba).
Entre los resultados cabe destacar una significativa reducción de los accidentes y sobre todo de la gravedad de los mismos. Los accidentes con heridos graves se redujeron en un 24% y los atropellos de peatones bajaron un 17%. Otros beneficios fueron un mayor uso de la bicicleta (en la actualidad un 13% de los desplazamientos en la ciudad se realizan en bici), una disminución de los atascos y del ruido.
Es de destacar que EN 2007 toda Austria ha aplicado la limitación de velocidad en zonas residenciales a 30 km/h, lo que no es sino un refrendo de la enorme utilidad de esta medida.